Long live the King

Muchos hemos visto por los medios la noticia de que Michael Jackson, “el rey del pop, rock y soul”, falleció. No detallaré toda su vida aquí, eso se encuentra en cualquier buscador de internet, para recordar sus triunfos y caídas.

Quiero contarte cómo influyo en mi vida este gran performance. Mi primer concierto fue en el Estadio Azteca para ver la gira Dangerous (yo tenía 12 años) y desde ese momento seguí su carrera, además de lanzarme en una investigación frenética de quién era, dónde nació, cómo se crío, cómo era su familia, qué canciones no conocía aún, dónde aprendió a bailar así y mucho más.


Gracias a su estilo de vida, extraordinario o excéntrico (como prefieras), comencé a sentir cierta ambición por lograr mis sueños de retirarme joven, me decía: “con ese dinero yo hubiera puesto una piscina con tobogán en la mansión, el zoológico no creo porque puede oler feo”, jajaja bueno yo tenía 12.


A diferencia de Jackson, mis talentos no son taaan artísticos ni rayan en la genialidad (nótese que NO digo que carezco de ellos, eh), pero ver cómo evolucionaba y crecía me permitió ver un estilo de vida tan abundante que causaban en otros envidia, sorpresa, risa, crítica, imitación, felicidad y bueno una amplia gama de sentimientos, si no es que todos.

Lo anterior me provocaba molestia por las dificultades financieras, emocionales, familiares, y en general con enormes cantidades de jueces que lo observaban esperando que cometiera un error para atacarlo – ¿has notado que esto lo hacemos con quienes tienen éxito? –. Debo admitir que esperaba que después de tanto trabajo pudiera disfrutar de paz mental, no sé si lo obtuvo en sus últimos días, espero que fuera por mucho más tiempo.


Gran parte de mi fascinación hacia este artista era que sin importar las críticas a su persona, a su estilo de vida, a su familia, a su carrera, y demás siempre se levantaba, por lo menos en mi percepción. Alguna vez escuché que Michael Jackson era un excelente publicista, pues sabía manejar a la prensa para su propio beneficio, aunque en muchas ocasiones me causaba compasión y enojo, por considerar que “se encajaban” con él.


Aunque tal vez no era lo más saludable, le respetaba y me enorgullecía su determinación (o terquedad) a seguir prolongando su niñez, yo también luché por mantenerme joven y un tanto inocente, pues el convertirme en adulto significaba perder cierto grado de creatividad, docilidad, simpleza y fascinación por el mundo. Cada caso es diferente, creo que nunca sabré por qué Michael quería seguir reviviendo esa época, pero ambos aprendimos a sobrellevar ambas etapas, o sea que medio maduramos en unas cosas y nos hacíamos ingenuos en otras, jajaja.


Mientras disfrutaba de los éxitos ajenos de este hombre, me preguntaba qué podría ofrecer al mundo para ser reconocida, para recibir el aplauso y admiración de otros, y he ahí mi error, pues un gran amigo me hizo notar que un sentido de desamparo era lo que me obligaba acumular títulos, dinero, estatus, a buscar tener poder sobre otros. Y poco a poco, con disciplina y constancia trato de entender que todos somos autosuficientes, tal vez no siempre queremos actuar así, tal vez muchos no lo saben aún o sólo lo aplican en ciertas áreas como en el trabajo, pero realmente considero que todos nacimos así, y sólo hay que actuarlo conscientemente.

Me desvié un poco, pero esa nueva actitud que he aprendido con el tiempo me hizo ver a Michael y a otros artistas como gente con un talento bien aprovechado, bien educado y que les satisfacía, pues eso es la sal de la vida, disfruta TODO lo que haces, te saldrá mejor. Al menos, es mi sal y lo aplico incluso cuando como una deliciosa sopa de fideo.

Cuando leí la noticia de su fallecimiento, no me sentí triste, ni asombrada, ni conmocionada. Lo conocí, como muchos, por los medios de comunicación, por sus discos, por sus conciertos, por lo que decían sus amigos y desde el fondo de mi corazón lo agradezco aunque sé que no todo era verdad ni mentira. Aun así, tuve la oportunidad de conocer al mejor performance de nuestro tiempo y eso difícilmente se borrará de mi memoria.


En mi conciencia queda prueba que siempre le desee bien a este hombre y a su familia, que lo admiraba y respetaba como artista y hombre de negocios, que me abstuve de pensar mal ante sus problemas legales y financieros, y que buscaba el lado positivo de cada “excentricidad”. Anhelaba verlo junto a sus hijos adolescentes, e incluso con su primer nieto, creo que simplemente olvidé que este día llegaría…


Y dime, ¿MJ influyó en ti de alguna forma?

0 comentarios: